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Tarde de circo y una "vente-de-trottoir"

El viernes pasado: Planazo. Ya tenía ganas de disfrutar de LUZIA, la nueva creación del Circo del Sol. Así que entradas en mano y con la canguro ya organizando manualidades con los niños en la cocina, nos fuimos mi canadiense favorito y yo de salida en amoureux, que ya nos tocaba.

Descubrimos un maravilloso espectáculo como sólo lo sabe hacer el equipo del circo más famoso del mundo, que nos transportó a un México imaginario en el que los mariachis reinventados, la magia de la música en vivo, y el agua protagonista en todas las actuaciones, nos dejó con ganas de más, como cada vez que voy a ver una nueva representación de esta compañía canadiense.


Pues sí, para aquellos despistados que no lo sepan, le Cirque du Soleil (en español, Circo del Sol) es canadiense, con su sede en Quebec y creada por dos ex-artistas callejeros quebequenses: Guy Laliberté y Daniel Gauthier en Baie-Saint-Paul, en 1984.

Esta empresa circense, ofrece funciones que nada se asemejan a las de los circos tradicionales, ya que son auténticas representaciones teatrales que invocan a la imaginación y activan las emociones de cada persona que tiene la suerte de asistir a uno de los más de 20 espectáculos presentes en 40 países, repartidos por los cinco continentes.


Después de deleitarnos con éste magnífico montaje escénico, y estimular casi todos nuestros sentidos, sólo nos quedaba satisfacer el del gusto con una buena cena.

Nos marchamos a la aventura, por las calles de Montreal, porque no teníamos reserva en ningún restaurante, y acabamos en la calle Saint Laurent, donde nos sorprendió gratamente una "Sidewalk sale" o "Vente de trottoir"....

Y de que se trata todo eso, pues de que todas las tiendas asaltan las calles con sus productos, montando una especie de rastro o mercadillo en el que aprovechan la ocasión, para ofrecer super ofertas y precios rebajados atrayendo de este modo a más clientela.


Y cuando digo, todos los comercios son: TOODOS sin excepción, desde los todo a cien made in china y tiendas de segunda mano,


hasta las tiendas de muebles de diseño super caros y las de ropa o zapatos de marca.

Y, por supuesto, los restaurantes también se apuntan a esta feria y montan barbacoas ambulantes para ofrecer sus especialidades. Todo esto acompañado de actuaciones en vivo y actividades para los niños, ¡una verdadera fiesta!.

Finalmente continuando con nuestro paseo y disfrutando del ambiente y los olores, llegamos hasta La Librería Española, situada en esta zona de la ciudad (auténtico santuario para cualquier español en Montreal, para encontrar todo tipo de productos de nuestra tierra), donde para nuestra gran sorpresa, habían montado un quiosco y estaban sirviendo uno de mis platos favoritos: Paella.


El buen tiempo también, nos acompañó durante esta fantástica noche de salida en amoureux, que empezó con un espectáculo de lujo y terminó de la manera más informal e imprevista: comiendo una deliciosa paella en las calles de montreal.


 

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